Hacía fresquito, pero el cielo era de un azul increíble. El Zuloaga se unió a El Porvenir en la calle Ávila y, desde ahí, bajamos al Santiago Bernabeu, punto de salida de la BICIFESTACIÓN.
La pedalada fue tranquila, agradable y larga.
El único punto discordante fue el que protagonizaron nuestros protectores, la policía municipal que nos "escoltaba", pues a lomos de sus rápidas y estridentes motos, con los aceleronazos que daban para adelantare a la comitiva e ir cortando el tráfico en las intersecciones, no sólo molestaban y daban un modelo que consideramos muy equivocado a nuestros niños (Live fast, die young) sino que, además, en un par de ocasiones nos pusieron en peligro.
En fin, cosas del celo excesivo. La sobreprotección también mata (o, cuando menos, ahoga). No obstante, agradecemos a este cuerpo, al Ayuntamiento, la atención e interés para que la marcha saliese bien.
Luego comimos tranquilamente en el Retiro (ya sólo el Zuloaga) y nos volvimos, después de hacer un poco el bestia (luchas grecorromanas en el césped), enceste de algarrobas en una papelera (con golpeo a una pobre lectora) y disfrute de los peces del estanque. Sin acompañamiento policial. Autogestión, Autocuidado. Normalización del uso de la calzada como espacio para la circulación legítima de las bicicletas (lo tenía que decir o reventaba... ¿No nos hemos manifestado precisamente para reivindicar esto?)
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