Arranca el curso. Se limpian las bicis, se ajustan los frenos, esa tuerquecita que está floja, súbele el sillín a ésta, pon aquí la otra. El equipo del taller social La Guindalera acude, abriéndose paso a codazos entre sus múltiples compromisos -reuniones, comienzo del curso de sus hijos, reparaciones del taller de Pedalibre, etc.- para acercarse al Zuloaga en un par de ocasiones y preparar las treinta bicicletas que necesitamos tener a punto para el día 22 de septiembre.
Lo consiguen. Lo conseguimos. Estamos listos...
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