Las huestes ciclistas del Zuloaga se subían, nerviosas, por las mesas, paredes, lunas y cielos... Una vorágine de cadenas, pedales, manillares y sonrisas acechaban, ocultas en los pliegues del final del verano, a que se diera la salida. Y se dio. ¡Vaya si se dio!
La convocatoria no pudo tener una respuesta numérica más simbólica: 40 personas, personajes y personillas nos dimos la primera vuelta bicibusera por el barrio. Nos pusimos en cuarentena, se nos diagnóstico pedalear mucho y bien. Y lo hicimos. Y de igual modo al que Alí Babá condujo a sus 40 ladrones frente a la inmensa roca y gritó: "¡Ábrete, Sésamo!, así nosotros también nos subimos a nuestras bicicletas y susurramos: "¡Ábrete, Calzada!"
Y se abrió. ¡Vaya si se abrió!
Bienvenidos al nuevo curso cicloescolar. 😉
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