martes, 27 de junio de 2023

BAJO NUEVOS CIELOS: Pedaleando a Colmenar Viejo, 24 y 25-6-23

El año pasado, en nuestra experiencia cicloviajera de fin de curso, habíamos pedaleado desde la puerta del Zuloaga hasta Tres Cantos, allí nos solazamos en la piscina (invitados por el ayuntamiento tricantino) y, luego, fuimos a dormir a la dehesa del Soto de Viñuelas. Por ese motivo, este año retomamos la pedalada donde la dejamos: en Tres Cantos. Para ello, y no morir de insolación bajo el mordiscón sol de la considerada primera ola de calor del verano (aunque, sinceramente, ya poco se diferencia de los períodos en que hay temperaturas anormalmente elevadas), decidí que en esta ocasión viajaríamos en el Cercanías hasta allí y, de ese modo, reengancharía con mi fallido intento bicipedagógico, en la estación de Rivas, -cuando intervinieron los amables trabajadores de Metro-, sobre cómo manejarte con una bici cuando vas a entrar a un tren. 
Uno de los aspectos más interesantes de este segundo viaje fue la participación del resto de padres y madres en su organización. Al reunirnos para hablar sobre ello, nos repartimos las tareas asociadas al mismo (quién se informa sobre la piscina, quién sobre la posibilidad de  comprar billetes colectivos de tren, etc.) Eso hizo que el "peso" que conlleva organizar una actividad como ésta fuese menor para mí.
La jornada empezó cuando salimos del colegio el primer grupo (ocho personas) recogimos al segundo (siete) en la ruta a Chamartín y, una vez allí, vivimos la deliciosa experiencia de viajar en tren con la bici de manera íntegra: sacar las entradas, bajar y subir escaleras mecánicas con ella, meterla en el tren, acomodarla en el vagón... Algo que es imprescindible de aprender si quieres ampliar tus límites cicloviajeros.








































Desde Tres Cantos enganchamos el carril bici hasta Colmenar Viejo (13 kilómetros) y ya hacía bastante calor (empezamos a las 10:30), por lo que la crema solar e ingesta de agua eran prioritarias. Una vez en la piscina, y dado que no se permitía el acceso con bicicletas al interior, tuvimos que candarlas como pudimos en el exterior y acceder con todas las alforjas.














Cuando estuvimos ya dentro, imagínate... De una a ocho y pico pasándolo fataaaaal 😆

Como tuvimos la incorporación de algunos bicibuseros más, nuestra comitiva aumentó en tres personas. Una vez caída la tarde -teniendo en cuenta que, siendo 24 de junio, era uno de los días más largos del año-, tuvimos tiempo de sobra para organizar la compra de víveres para la cena y el desayuno, allí, en Colmenar, e irnos ya al lugar de pernocta, a siete kilómetros de la piscina, todavía con mucha luz.
Y llegó la hora de cenar y acostarse, con la tripita contenta y las piernas no muy cansadas., pues esta vez la distancia total ascendió, más o menos, a 20 kilómetros, con una parada de siete horas entre las dos etapas (fórmula ideal para viajar con niños en tiempos de calorina importante), lo cual hizo que los miedos iniciales (morir de insolación, como lagartijas saharianas, en el carril bici de Colmenar) quedaran simplemente en eso: miedos.
A la mañana siguiente, de madrugada, recogida de campamento, limpieza general del espacio y a seguir disfrutando de la flora y fauna: caballos, vacas, lagartos, cangrejos de río americanos, una serpiente de escalera, multitud de aves rapaces y conejos. Todo un repertorio de vida que acompañó la alegría de nuestras piernas.
Y fotito junto al río Manzanares, claro.
Mucha crema, mucha agua, parada en Colmenar para reponer y refrescar.
Y camino camino caminito a Tres Cantos, donde el grupo se dividió: unos quisieron volver a Madrid en tren, de nuevo, y otros decidimos seguir pedaleando.
Cuando llegamos, bastante asados, por cierto (paramos varias veces para cuidar los aspectos relativos a cómo afrontar altas temperaturas), tocó celebrarlo de lo lindo con una magnífica comida, en la plaza de la Remonta, y una despedida en la que no faltaron los deseos de volver a repetir la experiencia el curso que viene. Un éxito que se suma al histórico de experiencias ciclistas zuloagueras que merecen la pena de ser vividas, y narradas...









viernes, 23 de junio de 2023

BICIPÍCNIC: Cerrando el curso bicibusero, 22-6-23

Uno no siente que el curso ha acabado si no pedalea, a la Dehesa de la Villa, con "toa la caló" de este tórrido mes de junio, a la una y poco de la tarde, con el carrito lleno de pizzas, rabas de calamar, nuggets de pollo, tres buenos melones y una pléyade de bichillos pedaleando, detrás, con ansias vivas de devorar los alimentos enumerados.

Tras bajar el carril bici de la Dehesa y refrescarnos en la Fuente de la Tomasa, lo subimos de nuevo para comer en el lugar habitual (en esta ocasión no recorrimos el paseo del Canalillo hasta el final, hacía mucho calor como para estar más tiempo bajo el férreo sol mediañero). Los peques comieron su comida especial (la misma que la empresa del comedor había preparado para los que en el colegio quedaron): se repartieron las pizzas, manojitos de rabas y nuggets y pronto casi todo estuvo finiquitado. 
Dada la intensa sequía que estamos sufriendo, se comentó a las familias, previamente que, en esta ocasión, los niños no podrían cargar una y otra vez sus nada mortíferas armas lanzadoras de agua, que se limitaría a una sola carga y, cuando finalizase, jugasen a otras cosas. Por ese motivo se trajeron un balón (elemento mágico donde los halla, similar a las dichosas pantallas electrónicas) y, tras comer, y hacer la mencionada corta batallita de pistolas de agua (quien la hizo, que no fueron muchos), la mayor parte de los chicos jugaron con él. Las niñas -agrupadas aquí y allá: en el césped, bajo los pinos, tumbadas en los bancos- charloteaban, paseaban, mientras los adultos nos solazábamos del final del curso, soltando , entre dentellada y dentellada al melón, las actividades, prisas, exámenes, trabajos, etcétera, etcétera. con los que nos ha fustigado este fin de curso.

Ya de regreso, con una banda de plástico impidiéndonos atravesar la calzada por la que habíamos venido -donde estaban montando la feria de las fiestas de la Dehesa de la Villa, en honor a San Juan-, pedaleamos por la ídem y llegamos, puntuales, a la puerta del Zuloaga, donde algunas madres esperaban a sus retoños para dar por finalizado el trajín ciclista vivido durante los diez meses del curso escolar, y que paso a enumerar para que seamos conscientes de dicho ritmo: 28 bicibuses "normales", 3 especiales (1: Bicichurro, 2: Bicibús de los Deseos y 3: Bicipícnic), 3 bicicletadas "normales" (1: Parque de Berlín y paella solidaria, 2: Bicicletada Literaria al parque Arroyo del Fresno y 3: Bicicletada a la Imprenta Municipal), 2 bicicletadas "especiales" apoyando otros proyectos (1: Stars, Día sin Coches y 2: Streets for Kids) y, por último, otras 2 travesuras "Bajo Nuevos Cielos" -nuestro proyecto cicloviajero- (1: Laguna del Campillo y 2: Colmenar Viejo). No está nada mal, ¿verdad?

¿Y los elementos humanos?
Acabamos el curso con 51 bicibuser@s (27 niñas, 24 niños) y un grupo de adultos de apoyo compuesto por 32 personas (16 mujeres, 16 hombres) de los cuales 3 son docentes y 29, padres y madres de los alumnos.
No podemos estar más orgullosos de este plantel de personas que hacen posible un proyecto tan vivo como necesario.
Ahora toca descansar y reponer fuerzas para reiniciarlo en septiembre, con la siguiente Semana de la Movilidad Sostenible.

En la siguiente entrada, la crónica del cicloviaje a Colmenar y, con ella... ¡Chimpún!




lunes, 19 de junio de 2023

BAJO NUEVOS CIELOS: Durmiendo bajo el viejo cielo de Colmenar Viejo, cartel

Éste es el cartel que no dio tiempo a crear previamente al evento. Ha sido hecho después, cuando ya lo hemos vivido y pedaleado. De este modo, tiene algo de viaje en el tiempo, de retroceso a esos momentos en que, aturullados por el fin de curso, con decenas de cosas por hacer, aún arañábamos minutos a Cronos para ilusionarnos, organizarnos, reunirnos y tomar decisiones respecto a la segunda experiencia cicloturista del Zuloaga (con pernocta en la naturaleza) a la que nos íbamos a lanzar. Ilusión que se ha amplificado tras la misma...