lunes, 28 de marzo de 2022

DONACIONES: Una bici abandonada... y recuperada

En esta sociedad de consumo desbordado y desbordante -en que, a la mínima, nos asustamos y corremos a los supermercados a esquilmar papeles higiénicos y garrafones de aceite-, solemos tirar aquello que todavía podría ser aprovechado por otras personas. Afortunadamente, aún queda sensatez en este mundo locuelo (y más que, de seguir así, va a tener que cultivarse) y uno de los padres del cole recuperó una bici de la calle. He aquí su crónica:

"Diego y yo encontramos esa bici dando un paseo por el barrio de Chamberí. Estaba tirada, al lado de los cubos de basura. Paramos un momento, comprobé que los frenos, las ruedas... lo básico esta bien y nos la llevamos a casa pensando que podría servir a otra niña o a otro niño, ya que Diego tenía la suya. Espero que alguien pueda disfrutarla pronto."

(Sebastien, padre de Diego y Yann)

Pues sí, Sebastien, servirá, porque el Zuloaga tiene, como mecánicos, al magnífico "Taller Social de la Guindalera", los cuales se van a llevar todas las bicicletas que tenemos que ya no utilizamos (entre ellas, ésta que has donado) para poder ponerlas a punto y dárselas a los niños de otros barrios. 
En esto consiste crear redes, cuidar el planeta y a las personas que viven en él. ¡Muchísimas gracias por tu ayuda!


miércoles, 23 de marzo de 2022

BAJO NUEVOS CIELOS: Visitando el Parque Lineal del Manzanares, 20-3-22

Lo primero de lo primero fue entrar al cole en busca de nuestras bicicletas:

Bicis junto al aparcabicis

Bicis en el aparcabicis

Bicis en la penumbra, en la entrada al gimnasio


Bicis en el gimnasio

Bicis en la Bicijaula

Bicis a la salida del gimnasio


Walkyria esperando a estirar las ruedas

y Honorata, claro, ansiosa también de tomar el aire

Cuando ya arrancamos, tuvimos una suerte inmensa y no nos llovió, así que bajamos al Manzanares, de nuevo, por una ruta diferente a la de otros días. Ése es también uno de los objetivos de las bicicletadas: disponer de muchas rutas alternativas para, dependiendo del día (tráfico, fuerzas, ánimo) puedas elegir cuál de ellas es la que más te interesa. En esta ocasión bajamos por la Ciudad Universitaria y la Avenida de Valladolid para, tras cruzar el bonito Puente de la Reina Victoria, entrar al Madrid Río.



Los domingos por la mañana, menos mal, no hay tráfico por estas grandes vías-autopistas

La ruta de hoy consistía en recorrer todo este parque, por lo que teníamos claro que los niños iban a disfrutar de algunas (no de todas, claro, son demasiadas) de sus zonas recreativas. 

La primera fue la de los Jabalíes:




Luego seguimos hasta la de la Tirolina:





Como hacía nubladete, no había mucha gente en Madrid Río:



Continuamos hasta conectar con el Parque Lineal del Manzanares:




Donde, por fin, pudimos disfrutar de la zona más hermosa y natural de nuestro madrileño río. Árboles, cantos de aves, playitas y un carril bici segregado para recorrerlo con calma




¿Estaremos soñando?, ¿no es verdad, ángel de amor, que en Madrid también, cuando nos da la gana, sabemos hacer infraestructuras ciclistas? ¿cómo, qué me dices, que no te oigo bien?,  ¿que es porque no entra en conflicto con el tráfico rodado y que en este parque no "molestamos a nadie"? Bien puede ser cierto, ángel de amor, que ésa sea la causa... Todos sabemos que, hoy por hoy, en nuestra contaminada urbe, el rey indiscutible de la calzada, la calle, la ciudad, ¡la vida misma! Es el sacrosanto coche... Pero, con todo y con eso, hay que reconocer que esta obra está bien hecha.

Luego, al final del Parque Lineal del Manzanares, cuando ya va a arrancar el Camino de Uclés, paramos. Dieciocho kilómetros desde el Zuloaga, habíamos llegado a nuestro destino: 


Allá a lo lejos se adivina el camino que tantas veces he pedaleado rumbo al Parque Regional del Sureste

Otro de los objetivos de la pedalada de hoy era enseñar un modo de "escapar" de Madrid en bici. En este caso, hacia el sur. Desde aquí las cuevas, trincheras de la Guerra Civil, Cerro de la Gavia y su poblado carpetano, Rivas, la Laguna del Campillo, ¡el Tajo! quedan a nuestra disposición ciclista. Una maravilla.

Así que tocaba reponer fuerzas, comer, jugar...





Y, tras el descanso, abordar otro de los objetivos del día (¡cuántos y qué interesantes!): como organizar los cicloviajes. Estuvimos viendo las alforjas, transportines y patas de cabra que ya han adquirido estos meses:





Y, también, anticipando lo que vamos a hacer en la tercera (y última, antes de la "gorda") salida del curso, en la que definiremos todos los cachivaches necesarios para la pedalada y pernocta de junio. Es un placer ver con qué interés las familias se están tomando este proyecto que, poco a poco, salida a salida, va cobrando forma.



Tras la charleta tocaba regresar, hacerse del tirón todo el Parque Lineal y el Madrid Río para, de nuevo, disfrutar de una de sus áreas recreativas: el Bosque de Trepa, donde la chavalería se lo pasó pipa.






Y ya en el Zuloaga, el regalo, la satisfacción de haber hecho casi 40 kilómetros en una jornada deliciosa, muy equilibrada en cuanto a esfuerzo, ocio y "directrices" cicloturistas. ¡Enhorabuena a todos y todas los que vinisteis! (y ánimo a los que, sin haberlo hecho, os habéis quedado con las ganillas, para que os suméis en la próxima).

Bárbara, que se define como muy friki de los mapas, siempre registra nuestros recorridos