Los comienzos de curso son siempre intensos. Este año, con la sombra del covid aún covideándonos hubimos de ser nuevamente cautos. En principio lo que urgía era encontrar un nuevo taller de reparación de nuestras bicis. Tras veinte meses SIN MANTENIMIENTO ALGUNO (¡desde que se iniciara la dichosa pandemia!), y tras haberlo intentado varias veces -por habernos quedado sin el servicio que Villabikess nos prestaba-, por fin un magnífico colectivo escuchó nuestras plegarias.
Se trata del Taller Social Ciclista de la Guindalera, un grupo de estupendos mecánicos y mecánicas que, desinteresadamente, se ofrecieron a venir al colegio en numerosas ocasiones para darle esa merecida puesta a punto a nuestras queridas bicicletas. Acordamos que el importe que se fijase por su servicio lo obtuviesen como donación, pues su interés es social, colaborar con proyectos de difusión de la cultura ciclista (ENLACE A SU TWITTER) y, de ese modo, revertirlo en aquello que precisen para seguir ofreciendo bicicletas a todos aquellos que lo necesiten.
De esa manera, visita tras visita, nos las dejaron aptas, y muy aptas, para poder empezar con nuestros bicibuses, bicicletadas y sesiones de bicicletas en la asignatura de Educación Física.
¡Qué maravilla!
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Aprovechamos para darles un repasito a los aparcabicis de debajo de las escaleras |
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La marca de O.K. nos indicaba cuáles estaban ya listas. |
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Bicis, bicis y más bicis. Qué suerte tenemos. |
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Ready to cycle! |
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Algunas bicis no se podían reparar en el cole y se las llevaron a su local, el de Pedalibre. |
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