La palabra "viernes" procede de Venus. Por lo tanto, el viernes es el día (venusiano) dedicado a Venus, la diosa del Amor. Nuestro amor se manifiesta, esa mañana, de múltiples modos: hacia las bicicletas, hacia nuestros compañeros, padres y madres... El amor hacia un planeta que queremos cuidar. Y no nos olvidemos de un hecho fundamental: no pedaleamos porque el planeta nos necesite (esta sería una forma muy antropocéntrica, poco humilde, de situarnos en el juego biológico), pedaleamos porque somos nosotros los que NECESITAMOS AL PLANETA. Y lo necesitamos limpito, para que en él se desarrolle la vida, y no la muerte por tóxicos diversos. Y pedaleamos porque nos lo pasamos bomba, claro.
Dada la situación COVID, empezamos el curso pedaleando por "nivel", o sea: los de cuarto, con los de cuarto; los de quinto, ídem, etc. Grupos segregados por edad. Ya es un avance respecto al curso pasado, en el que hicimos bicibuses burbujeados en los que cada grupo pedaleaba consigo mismo.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras (¿será esto cierto?) Yo no lo sé, pero sí que nos gusta ver imágenes en las que se pone de relieve el compromiso que tenemos con las ideas arriba mencionadas. En las fotos veréis a los niños de cuarto incorporarse, de manera magistral, al bicibús.
¡Arriba los cuerpecillos durmientes esos días venusianos!, ¡es hora de ir pedaleando al cole, muchachos, muchachas!
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| Hay que preparar el carrito para meter las mochilas de los que vamos a buscar. |
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Sin la ayuda de los padres y las madres, no habría bicibús. Así de contundente.
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Organizando parejas
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| En la calzada, cada uno está en paralelo con su compañero. Cada oreja con su oreja. |
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| En uno de los puntos de recogida, en el que hemos de esperar a que vengan los bicibuseros convocados al mismo. |
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