viernes, 23 de junio de 2023

BICIPÍCNIC: Cerrando el curso bicibusero, 22-6-23

Uno no siente que el curso ha acabado si no pedalea, a la Dehesa de la Villa, con "toa la caló" de este tórrido mes de junio, a la una y poco de la tarde, con el carrito lleno de pizzas, rabas de calamar, nuggets de pollo, tres buenos melones y una pléyade de bichillos pedaleando, detrás, con ansias vivas de devorar los alimentos enumerados.

Tras bajar el carril bici de la Dehesa y refrescarnos en la Fuente de la Tomasa, lo subimos de nuevo para comer en el lugar habitual (en esta ocasión no recorrimos el paseo del Canalillo hasta el final, hacía mucho calor como para estar más tiempo bajo el férreo sol mediañero). Los peques comieron su comida especial (la misma que la empresa del comedor había preparado para los que en el colegio quedaron): se repartieron las pizzas, manojitos de rabas y nuggets y pronto casi todo estuvo finiquitado. 
Dada la intensa sequía que estamos sufriendo, se comentó a las familias, previamente que, en esta ocasión, los niños no podrían cargar una y otra vez sus nada mortíferas armas lanzadoras de agua, que se limitaría a una sola carga y, cuando finalizase, jugasen a otras cosas. Por ese motivo se trajeron un balón (elemento mágico donde los halla, similar a las dichosas pantallas electrónicas) y, tras comer, y hacer la mencionada corta batallita de pistolas de agua (quien la hizo, que no fueron muchos), la mayor parte de los chicos jugaron con él. Las niñas -agrupadas aquí y allá: en el césped, bajo los pinos, tumbadas en los bancos- charloteaban, paseaban, mientras los adultos nos solazábamos del final del curso, soltando , entre dentellada y dentellada al melón, las actividades, prisas, exámenes, trabajos, etcétera, etcétera. con los que nos ha fustigado este fin de curso.

Ya de regreso, con una banda de plástico impidiéndonos atravesar la calzada por la que habíamos venido -donde estaban montando la feria de las fiestas de la Dehesa de la Villa, en honor a San Juan-, pedaleamos por la ídem y llegamos, puntuales, a la puerta del Zuloaga, donde algunas madres esperaban a sus retoños para dar por finalizado el trajín ciclista vivido durante los diez meses del curso escolar, y que paso a enumerar para que seamos conscientes de dicho ritmo: 28 bicibuses "normales", 3 especiales (1: Bicichurro, 2: Bicibús de los Deseos y 3: Bicipícnic), 3 bicicletadas "normales" (1: Parque de Berlín y paella solidaria, 2: Bicicletada Literaria al parque Arroyo del Fresno y 3: Bicicletada a la Imprenta Municipal), 2 bicicletadas "especiales" apoyando otros proyectos (1: Stars, Día sin Coches y 2: Streets for Kids) y, por último, otras 2 travesuras "Bajo Nuevos Cielos" -nuestro proyecto cicloviajero- (1: Laguna del Campillo y 2: Colmenar Viejo). No está nada mal, ¿verdad?

¿Y los elementos humanos?
Acabamos el curso con 51 bicibuser@s (27 niñas, 24 niños) y un grupo de adultos de apoyo compuesto por 32 personas (16 mujeres, 16 hombres) de los cuales 3 son docentes y 29, padres y madres de los alumnos.
No podemos estar más orgullosos de este plantel de personas que hacen posible un proyecto tan vivo como necesario.
Ahora toca descansar y reponer fuerzas para reiniciarlo en septiembre, con la siguiente Semana de la Movilidad Sostenible.

En la siguiente entrada, la crónica del cicloviaje a Colmenar y, con ella... ¡Chimpún!




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