En esta ocasión la cita era en el Huerto de Manoteras, donde se utilizó una fórmula a la que estamos habituados -y que tan rica está-: la paella solidaria (bueno, en el caso de los peques, "pasta solidaria") para apoyar al pueblo palestino, que tanto lo necesita en estos momentos.
Una vez llegamos, los niños escucharon cuentos palestinos, pues en el acto participaba, además de SOS Refugiados La Guindalera, Casa Palestina. Y luego hubo comidita, papiroflexia... Mucho calor, eso sí, pero mucha ilusión por participar y pedalear hasta un barrio donde nunca habíamos estado.