El Zuloaga pedaleó bien hasta que sobrevino la tragedia: uno de nuestros afamados bicibuseros dio con sus huesos en el duro suelo... ¿Distracción, accidente, destino? Comoquiera que fuese, un nubarrón se cernió sobre nosotros y, desde ese momento (en la calle Princesa casi llegando a Alberto Aguilera) nada volvió a ser igual. Él y su maestra tuvieron que volverse en taxi al cole (un vehículo de la organización les llevó las bicis) y el resto de pelotón se fragmentó moralmente. Es lo que tiene la bici, como la vida misma... Todo va bien hasta que algo inesperado ocurre y hay que sobreponerse a la desgracia. Nosotros lo hicimos y, ya de regreso, tod@s de nuevo doblenfilados, emparejados y con calma y buenhacer, pedaleamos al cole. ¡Qué bien que tuvimos un magnífico grupo de adultos que nos acompañaron!
Nuestra enhorabuena al Ayuntamiento de Madrid por seguir apoyando esta iniciativa, al equipo Stars Madrid por seguir desarrollando el proyecto aunque, a nivel europeo, haya concluido y nuestro apoyo y gratitud a la policía que tuvo que enfrentarse, con más o menos paciencia, a los insultos e improperios del resto de usuarios de la vía pública.
Todas las fotitos AQUÍCITO.
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