Pues sí, a veces, a propósito, nos metemos por grandes vías de circulación porque consideramos que: 1º: tenemos derecho a hacerlo, dado que la bici es un vehículo más.
2º: pacificamos el tráfico. En las grandes (y rectas) avenidas, su mismo diseño invita a darle al acelerador. Las bicicletas, como vehículos lentos (y, en este caso, muy llamativos pues vamos en gran grupo), obligamos a que los conductores de otros vehículos se acomoden a nuestra velocidad, la reduzcan y, de ese modo, contaminen menos y vayan con más cuidado.
3º: demostramos que nuestra ciudad es tan apta para la conducción en bici como cualquier otra. Ofrecemos una gran visibilidad de la bicicleta.
4º: generamos mucha alegría, empatía y apoyo por parte de nuestros aliados en la recuperación del espacio público: los peatones, así como en otros conductores sensibles, que nos sonríen y apoyan.
5º: seguro que hay muchos más argumentos, pero hoy lo vamos a dejar aquí, no queremos aburriros.
Mirad qué fotos tan chulas:
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Ready to go |
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Bravo Murillo confluencia con Francos Rodríguez |
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Ocupando un solo carril, en parejas, como debe ser, para dejar tanto el carril bus como el otro libres. |
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Pasado el Jaime Vera, giro a la izquierda para ir al cole. |
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Ay, la bici... qué alegría tan grande... |
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Nuestros imprescindibles y maravillosos adultos |
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Federico Rubio, a puntito del giro hacia Pablo Iglesias |
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En la puerta del cole |
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