La nueva normalidad no deja de traernos -y quitarnos, me temo- normalidades de antaño. En este caso, una medida que a mí, como organizador de itinerarios, me volvía un poco loquito. Durante el curso pasado, cuando los integrantes de los grupos burbuja de un curso podían vivir -y, de hecho, lo hacían- muy lejos unos de otros, me las veía y deseaba para diseñar un recorrido que los conectase a todos.
A partir de ahora -y esperemos que para lo que queda de curso, de vida-, el criterio de agrupación vuelve a ser el de proximidad, pues volvemos a poder juntarnos todos con todos, dado que las autoridades sanitarias, al ser una actividad física celebrada en el exterior, lo permiten. Así tenemos, de nuevo, a niños de todas las edades en cada uno de los grupos de bicibuseros del Zuloaga.
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Como siempre, la comitiva ciclista escolar utiliza exclusivamente un carril de circulación. |
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El grupo espera pacientemente a que se abra el semáforo. Educación vial in situ. Real. Auténtica. |
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Fundamental: un adulto (en este caso, Álvaro) va cerrando uno de los microgrupos (que se ha segregado, por el semáforo, del resto). Otro está liderando. |
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Al llegar al cole, hay que dejar las bicis en el aparcabicis y salir a la calle, a esperar nuestro "turno" en la entrada escalonada covid. |
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