A través de Clara, una compañera de E. Física, que estuvo hace unos años en el Zuloaga (y que ahora trabaja en el Eugenio María de Hostos), nos contactó un padre, que trabaja de reportero en Telemadrid, que lleva allí a sus hijos y que supo del bicibús por ella. Cuando estaba en el Zuloaga, Clara nos ayudaba a hacerlo y le gustó tanto tanto que, cuando llegó al Hostos, propuso hacerlo allí también y lo han iniciado recientemente. Como Miguel, que así se llama este reportero, quería ver el bicibús "añejo", pues para el Zuloaga que se vino. ¡Muchas gracias, Clara, y mucha suerte con el vuestro!
Pues bien, este preludio (de bien nacidos es el ser agradecidos) sirve para contextualizarnos. Ya tenemos a Miguel y a su compañero, el cámara (¡leñes, se me ha olvidado su nombre!), con nosotros, grabándonos, preguntándonos, pedaleando, esa mañana de siete de octubre, toda la pedalada.
Llegamos un poquito más tarde al cole (ya se sabe, con Televisión las cosas son así: "Espera, quedaos aquí unos segundos más porque me gusta mucho esta perspectiva", "Repetid esta parte otra vez, que no se os ha oído", "¿Y dónde podríamos parar más tiempo para que pregunte a algunos niños?", etc.), pero mereció la pena.
Lo cierto es que Miguel y el cámara fueron majísimos. Se creían el reportaje que estaban haciendo. Creían, creen, en la bicicleta, en su poder transformador, vinculador de gentes y, en este caso, colegios. Y como ejemplo, tomemos, por qué no, el del Zuloaga y el Hostos.
¡Aúpa el Bicibús!
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