La convocatoria tuvo mucho éxito. Había ganas de pedalear, así que, ¡eso hicimos! 38 personajes y personillas fuimos al Parque del Oeste bajo un cielo radiante, de un azul intensamente madrileño. El itinerario discurrió por todo tipo de vías: desde las de un solo carril de circulación -para pedalear a gusto, sin interrupciones- a las de varios, en las que nos hemos de situar junto al carril bus-taxi-moto (¿qué pasaría, que se les olvidó, de nuevo, la bicicleta?), lo cual supone mantener un elevado grado de atención para circular, en parejas, sin salirnos del nuestro.
El grupo se disgregó en varias ocasiones, pero eso no es problema, ya se sabe: la cabecera espera a un ladito, cuando le es posible, para favorecer la reagrupación.
Una vez en el parque, dispusimos de un montón de tiempo para que los chavales jugaran de lo lindo. Una de las cosas buenas que tiene este lugar es que parte de él se cierra al tráfico los fines de semana, el Paseo de Camoens, por ejemplo, y es invadido por bicis, paseantes, patinadores... ¡Y pensar que en muchísimas calles de la ciudad podría aplicarse esta saludable política y no se hace!
Comimos y nos volvimos tan ricamente al barrio, tomándonoslo con mucha calma, ya que la subida por el Paseo de Ruperto Chapí -igualmente cerrado al tráfico- es laaaaarga y dura para los peques (y para algunos adultos). Una vez arriba, uno de los integrantes más jóvenes -tanto que va en sillita- vomitó. ¿Por qué? Pues por el subebaja que provoca el movimiento en dicha estructura. Momentos antes habíamos hablado, el padre de la criatura y yo, de que nos gusta mucho más la silla delantera, donde controlas más al peque -además de sentirle más cercano, protegido, y de que no desestabiliza tanto la bicicleta para el adulto- y, mira por dónde, ésta se convierte en otra más de las causas por las que la trasera es más molesta.
Cuando llegamos al colegio, metimos las bicicletas de préstamo que se habían cogido y cada mochuelo voló a su olivo. Magnífica bicicletada. Magníficos participantes. ¡Listos para la siguiente, la cicloturista, la semana que viene!
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Ready to go! |
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Me encanta este hervidero de bicis y personas que se forma en el cole en cada una de estas convocatorias... |
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Nuestra hermosa Sierra de Guadarrama |
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La complicada Plaza de Cristo Rey |
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El servicio de limpieza de la funesta sillita |
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Hay que cuidar mucho las reincorporaciones a la calzada |
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Si no se puede más, no pasa nada. A empujar. |
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Algunas, sin embargo, pudieron con el "puerto" |
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El encuentro con el césped, el estar con tus amigas, a vuestro rollo |
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Tiempo de comida y de relax |
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La comitiva ciclista zuloaguera |
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Regreso, por Juan XXIII
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Hay momentos que es preferible bajarse de la bici y atravesar, caminando, algún paso de peatones
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Éste fue el itinerario de ida |
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Y éste, su perfil |
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